sábado, 24 de mayo de 2014

La filosofía y la política

      No se puede hacer Política si no se sabe qué es el hombre, desde la Filosofía es muy necesario entender qué es el ser humano, comprenderlo como un ser substancial, artífice de acciones propias que lo convierten en un ser ético, que alcanza plenitud al hacer comunidad, el hombre se realiza en la sociedad. Puesto que el hombre actúa en la sociedad ésta no puede subsistir sin un orden, y es a través de la Política que la sociedad se ordena para beneficio de la persona humana y de la comunidad. Estas conceptualizaciones son solo posibles a través de una Filosofía Política.
La persona debe estar sujeta a una autoridad auténtica y legítima, de alguna manera el bien común que todos buscamos es una exigencia de dirección u orientación, una potestad de orden. De ahí que en política, quien tiene la autoridad, debe servir al ser humano y someter a un orden en razón del bien, y para ello las ciencias filosóficas ayudan a la reflexión y el análisis de la teoría política.
La teoría política busca incluir cualquiera de los puntos anteriores, principalmente el metafísico (al menos debería), puesto que es necesaria una visión clara de lo que es el hombre, fundamentada en orden a su naturaleza, tanto estática como dinámica, tanto teórica como práctica. La Filosofía, en su análisis, propone que la política requiere de saber dirigir la conducta de los hombres a la consecución del bien que favorece, guiar al orden y a la convivencia entre todos, y para este fin es muy necesaria la conceptualización clara de lo que la persona humana es en sí y en la sociedad.
La Filosofía, en los últimos años, se ha dedicado a investigar el poder en la Política; importante es estudiar, analizar y reflexionar qué es el poder puesto que en la medida en que el poder deje de ser un instrumento para el bien común, los hombres caen en el individualismo, el relativismo y la destrucción social. Hay distintos factores en relación al uso del poder, por ejemplo el uso que le damos a la energía para proporcionar el cambio que le damos a las cosas de forma operativa para determinar un estado de las cosas mismas.
El conocimiento y la intencionalidad de las cosas tienen poder en razón del hombre. Las cosas están determinadas y el hombre se va determinando a través de ellas, por eso tiene poder. Cuando el poder no se aplica adecuadamente se despersonaliza. El que conoce hace suyo el poder, y en la medida en que el hombre tienda al bien, más perfecto y mayor poder tendrá. Pero éste poder necesariamente requiere de estar orientado hacia el bien común como valor social, mismo que se sustenta en el valor de la dignidad de la persona humana. De ahí que podemos afirmar que hay bien común en la medida en que se perfeccione el valor de la dignidad de la persona humana.
La sociedad conforma un todo ordenado, sus partes son las personas y la actividad Política debe tomar en cuenta que las personas se ordenan a un fin que se manifiesta en un bien común. Promover la dignidad de la persona humana es la auténtica acción del político, de no hacerlo no promueve el bien común. El daño es no favorecer el bien común y, por lo tanto, no favorecer la dignidad de la persona humana. Para promover ésta acción desde la Política se necesita de un orden, pero uno que no da el hombre, sino la misma naturaleza.
La Filosofía vea así la labor del político como un promover la verdad y el bien, el intelecto y la voluntad, la razón y el amor. La razón natural se perfecciona en la sociedad, de hecho también podemos afirmar que a mayor sociabilidad mayor racionalidad, pues toda acción social se hace presente en el amor, en la inteligencia y en el bien de la comunidad.
El político busca ordenar a todos los miembros hacia un fin común. La Política trata de los saberes prácticos, y el más importante es el del orden universal. Dado que lo que se ordena al uso del hombre tiene como fin el hombre mismo. La voluntad debe sujetarse al fin supremo: el orden y el bien. Si el gobernante no da suficiente para encausar todas las voluntades no se alcanzará el fin deseado y se condenará la sociedad al fracaso. El saber específico que ordena a todos es la Política.

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